jueves, 11 de septiembre de 2008

Soltería

Eso eres tú ahora, un fuelle que calienta una brasa incandescente que no se puede tocar, de la que se habla con palabras ambiguas, como un misterio del que es mejor conocer el secreto aunque nunca lo hayas probado. Nunca digas que no lo viste. Nunca digas que no lo probaste. Ahora solo lo puedes rozar con la punta de tus dedos y entonces exclamar “era eso”.

Alberto Scapolo, de Las cosas o el aburrimiento (1945)


Paul & Paula - Hey Paula (1963)

4 comentarios:

H/story dijo...

Curioso. Hay gente que nace para representar determinados textos. Scapolo, célibe en italiano.

Silencio dijo...

Curioso? Estás sugiriendo que el célibe por su condición tiene menos posibilidades de conocer "eso con lo que todos nos llenamos la boca"? Yo al menos no lo creo.

H/story dijo...

Lo afirmo. El célibe no lo conocerá en tanto que tal.

Silencio dijo...

Afirmar tal cosa es como mínimo arriesgado. El célibe por su condición lo que no conoce es el sexo. Puede conocer el amor, un amor diferente al que tu habitas en tu lujosa mansión de desenfreno, lujuria y mujeres a cuatro patas. Un amor irreal tal vez, tan irreal como el tuyo (o el mio, esto no pretende ser un ataque, o al menos no uno frontal) pero amor al fin y al cabo. Tu sabes que el amor no es más que una construcción humana, por lo que es propia del ser humano. Ala, lo dicho a follar todos!