[Fotografías en color de una chica vestida de amarillo que se acerca a la cámara en bicicleta poco a poco. La vemos desde que es pequeñita hasta que pasa por delante de la cámara, momento en el que mira al objetivo. Negro]
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EN OFF: La conocí en una sesión en la que hice de fotógrafo para hacer un favor a una amiga. Le di pocas instrucciones. Yo solo le dije: ahora sonríe o pon las manos bajo la barbilla o no mires a cámara. Y eso fue todo. Ella estuvo muy bien. Estaba bellísima.
[En b/n. Fotografía de una cámara de fotos montada sobre un trípode. Fotografías de la misma chica de la bicicleta posando como modelo. Primero, de pie delante de un viejo muro, luego estirada en el suelo y más tarde levantando una pierna hacia atrás mientras se apoya en la barandilla de un puente. Negro]
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EN OFF: Le pregunté a mi amiga donde vivía ella. Le mentí. Le dije que era para darle alguna de las fotos. Aún no sé bien porque lo hice. Creo que me arrepiento de ello. Me fui hasta su casa y me dispuse a esperar. ¡Me sentía fuera de mí mismo de una forma tan indescriptible! Después de una hora salió y empezó a caminar en dirección a Paral·lel. Con mucha cautela la seguí. Primero desde lejos y después, armándome de un valor que no creía poseer, desde más cerca. Llegamos hasta un bar del centro. Se sentó en una mesa apartada de la barra. La observé a través de los ventanales. Por un momento me sentí terriblemente angustiado por la posibilidad de que me viera. Miré entra la maraña de rostros anónimos y vi que ella sacaba un libro. Austerlitz. Inmediatamente pensé en la estación de Amberes. En ese momento, como un lento alud precipitándose montaña abajo giró su delicado cuello y me miró. Creo que no me vio o, quizás no me quiso ver. Eso nunca lo sabré. Ella estaba sumergida en la multitud cuando un hombre se acercó. ¡Aléjate! El hombre que llega tarde se sentó con ella. Todo su ser apestaba. Su nuca apestaba. Sus manos apestaban.. Ella susurró suavemente. Cerca del triángulo sus manos se tocaron sin tocarse. Una confidencia y una huida del bar en dirección a la calle.
[En b/n. Fotografías subjetivas de alguien andando. Un portal. Los pies de un hombre. Colillas en el suelos. La chica saliendo del portal. Seguimiento, primero desde lejos, después desde más cerca. Ella de espaldas entrando en un bar. Sentándose en una mesa y acariciándose el cabello. Su rostro distraído peinando el establecimiento, como si buscara algo o a alguien. Ella sacando un libro. Austerlitz. El techo del bar. Un lámpara de estilo barroco. Ella girando su cuello y mirando a cámara. Más cerca, ella mirando a cámara. Un hombre de espaldas acercándose a la mesa. Unos castos besos en la mejilla. Una conversación. Una risa que bien podría ser falsa. Rostros anónimos. Ella arrancando la etiqueta de su botellín de cerveza y rompiéndola en mil pedazos. Él recogiendo los trocitos, uniéndolos y formando un triangulo equilátero. Más risas. Él, que se va pero que vuelve pronto. Una confidencia. Una huida del bar en dirección a la calle. Se pierden en la noche. Negro ]
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EN OFF: Un beso. Un beso que se ha oscurecido en mí con el paso del tiempo.
[En b/n. Una persecución apresurada. La nada en medio de la noche. A lo lejos, dos cuerpos juntos bajo una farola. Un beso. Negro]
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EN OFF: A pocos metros de la plaça Urquinaona creo reconocerla cruzando en bicicleta. Pasa por delante de mí como una exhalación, casi puedo apreciar la estela amarilla que deja a su paso la chaqueta que viste. Es como una estrella fugaz a plena luz del día. Algo que nunca deberías haber visto.
[Fotografía de la chica vestida de amarillo montada en bicicleta mirando al objetivo. Poco a poco la vemos alejarse. Negro]